Buceo en Cenotes

La peninsula de Yucatán no tiene ríos en su superficie. Su suelo es de roca caliza y el agua de lluvia se filtra a través de ella formando ríos subterráneos. El agua que se haido filtrando durante millones de años formó túneles, grietas, cavernas, que se asemejan a una inmensa telaraña líquida bajo el suelo. De estos ríos se extrae el agua dulce para toda la península. Los cenotes son cavernas en los que el techo se derrumbó permitiendo a entrada a esta maravillosa red que es la más extensa del mundo. Algunos cenotes eran considerados sagrados por los antiguos mayas, que los utilizaban para ceremonias religiosas, y en ciertos casos para sacrificios humanos.

El plan era ir al Dos Ojos,un cenote muy cerca de Tulúm. Salimos del hotel en una camioneta que nos llevó hasta un lugar en la selva donde abordamos un “troncomóvil” . Este era un camión muy pintoresco, con la parte trasera hecha de troncos donde íbamos parados, y en un recorrido de 20 m. llegamos al sitio. Era un pequeño claro con un par de quinchitos muy precarios hechos de tronco y paja, donde había un agujero en el suelo de un metro de diámetro con una escalera para descender al cenote.
Allí en el claro armamos nuestro equipo, nos pusimos un shorty de 3 mm. y tomando linternas, aletas y luneta bajamos por la escalera aproximadamente 10 m. hasta una plataforma de madera que había en el fondo del pozo sobre el agua. Los tanques, chalecos y lastres fueron bajados con una roldana. Cuando llegamos a la plataforma y nuestros ojos se acostumbraron a la penumbra, pudimos ver la maravilla que la naturaleza creó en ese sitio, plagado de estaclactitas que tardaron millones de años en formarse y nos mostraban sus colores tiza, ocre, blanco, gris, rosado en vetas y formas caprichosas.
Fuimos con un guía especializado en cavernas que usaba un equipo técnico bibotella, dos tanquecitos pony, un carretel con cabo y un octopues de 4 m de largo. Podían ir 4 buzos por guía como máximo, él iba adelante y el resto detrás en fila india. Todo el recorrido estaba marcado por un cabo de vida , también llamado hilo de Ariadna. Terminamos de equiparnos, acordamos las señales y a bucear!
La claridad, la transparencia creaba la ilusión de estar sina gua. Sólo las burbujas y algún pez ocasional nos volvían a la realidad. El paisaje es fantástico, impactante. Por momentos nos quedamos extasiados por el entorno: estalactitas, estalagmitas, columnas, algunas gruesas como un tronco de árbol, otras delgadas y frágiles como un lapiz. La luz de las linternas revivía los colores del cenote que está lleno de recovecos, cuevitas, donde pudimos curiosear y ver algunos peces de agua dulce. Hay túneles muy angostos por los cuales teníamos que pasar con extremo cuidado para no tocar las paredes cubiertas de delicadas formaciones, eran zonas oscuras donde la única luz era la proveniente de nuestras linternas.
Seguimos un trecho y encontramos una caverna inmensa donde una abertura en el techo permite la entrada de la luz del sol que se vé desde el fondo como una explosión de azules, turquesas, lilas, celestes. Esto se repite a lo largo de todo el recorrido, zonas de penumbra y estallidos de luz que penetra por una grieta.. Este buceo es bello, emocionante, no queremos que termine. Luego, cuando uno de los buzos llegó a consumir un tercio de la carga de aire de su tanque, emprendimos el regreso. En el buceo en cavernas se respeta la regla de los tercios, un tercio de aire para la ida, otro tercio para la vuelta y el resto de la carga queda de reserva.
Volvimos por un camino diferente al que usamos de ida pero tan hermoso como el anterior.
La profundidad máxima fue de 11 m. y la temperatura del agua 26º.
Los buzos profesionales de México continúan explorando estos ríos, que cuando son considerados seguros se habilitan para el buceo deportivo.
Son famosos por su belleza los cenotes Chac Mool y Taj Mahal. Dejamos Yucatán con la íntima promesa de volver para conocerlos..-